El cuento y la narrativa breve: de la oralidad ancestral a la literatura contemporánea.

05.06.2025

Etimología y definición

La palabra cuento proviene del latín computum, que remite a "cálculo" o "enumeración", ya que en la antigüedad los relatos eran una forma de "contar" acontecimientos. De hecho, contar y narrar comparten raíces con la idea de "enumerar" hechos en secuencia. La voz narrativa procede del latín narrare, que significa "dar a conocer" o "relatar".

Desde el punto de vista literario, el cuento es una narración breve, generalmente en prosa, que desarrolla un solo conflicto y se orienta hacia un desenlace eficaz y preciso. Como señaló Edgar Allan Poe, uno de los padres del cuento moderno, este debe ser susceptible de ser leído "de una sentada" (The Philosophy of Composition, 1846), lo que implica una unidad de efecto estético.

Orígenes y evolución

Los orígenes del cuento se hunden en la tradición oral de las culturas antiguas. Las fábulas de Esopo en la Grecia clásica y los cuentos del Panchatantra en la India (siglo III a.C.) son ejemplos primitivos de narraciones breves con intención moralizante. También pueden considerarse antecedentes las historias recopiladas en Las mil y una noches, que datan de tradiciones árabes, persas e indias entre los siglos VIII y XIV.

Durante la Edad Media, los cuentos circularon como relatos ejemplares dentro de colecciones didácticas o religiosas, como el Decamerón de Giovanni Boccaccio (1353), que marcó un hito en la transición hacia la literatura narrativa renacentista.

Con la modernidad, el cuento adquirió entidad literaria autónoma. En el siglo XIX, autores como Nathaniel Hawthorne, Nikolái Gógol, Guy de Maupassant y Edgar Allan Poe establecieron los fundamentos del cuento moderno: brevedad, unidad de efecto, intensidad emocional y precisión estructural.

En el siglo XX, el cuento se diversificó con estilos y estructuras experimentales. Franz Kafka introdujo lo fantástico y lo absurdo; Jorge Luis Borges, la metaficción y la erudición; Julio Cortázar, la ruptura temporal y la ambigüedad; y Raymond Carver, la minimalista profundidad de la vida cotidiana.

Referentes internacionales del cuento

A lo largo del siglo XX y XXI, muchos escritores se han consagrado en este género. Entre los más destacados se pueden mencionar:

- Edgar Allan Poe (EE.UU.): pionero del cuento moderno y del relato de terror psicológico.

- Anton Chéjov (Rusia): maestro del cuento realista y del "subtexto".

- Franz Kafka (Austria-Hungría): figura central del cuento filosófico y existencial.

- Raymond Carver (EE.UU.): representante del "realismo sucio" en la narrativa breve.

- Alice Munro (Canadá): Premio Nobel 2013, reconocida por la complejidad emocional de sus cuentos.

- Italo Calvino (Italia): célebre por su imaginación lúdica y sus construcciones literarias innovadoras.

La narrativa breve en Argentina

Argentina ha tenido una fecunda tradición cuentística, con autores reconocidos tanto por su estilo como por la innovación formal. Entre los más destacados:

- Jorge Luis Borges: Sus cuentos, como los de Ficciones (1944) o El Aleph (1949), redefinieron el género con una fusión única de filosofía, metafísica y literatura fantástica.

- Julio Cortázar: En Final del juego (1956) y Bestiario (1951), Cortázar desarrolla una poética de lo fantástico cotidiano, jugando con los límites del lenguaje y la percepción.

- Silvina Ocampo: Con una escritura precisa y enigmática, aportó una mirada femenina, fantástica y perturbadora al cuento argentino.

- Adolfo Bioy Casares: En colaboración con Borges o en obras propias como La trama celeste (1948), cultivó el relato policial y de ciencia ficción con alto rigor literario.

- Samanta Schweblin, Selva Almada y Mariana Enríquez representan una renovación actual del cuento argentino, desde lo fantástico hasta el horror psicológico y el realismo social.

Reflexión final

El cuento, lejos de ser un género menor, es una forma condensada y poderosa de literatura. Como afirmó Cortázar, "la novela gana por puntos, el cuento por nocaut". La narrativa breve, por su densidad expresiva y precisión estructural, sigue siendo un campo fértil para la experimentación artística y la sensibilidad del lector moderno.

Bibliografía consultada

- Poe, Edgar Allan. The Philosophy of Composition. 1846.

- Borges, Jorge Luis. Ficciones. Buenos Aires: Sur, 1944.

- Cortázar, Julio. Final del juego. Buenos Aires: Sudamericana, 1956.

- Chejov, Antón. Cuentos completos. Ed. Páginas de Espuma.

- Munro, Alice. Demasiada felicidad. Madrid: RBA, 2009.

- Schweblin, Samanta. Pájaros en la boca. Buenos Aires: Emecé, 2009.

- Enríquez, Mariana. Los peligros de fumar en la cama. Buenos Aires: Anagrama, 2009.

Etimología y relaciones conceptuales de términos vinculados a la lectura y escritura

Etimología de cada palabra

Lectura

Proviene del latín 'lectura', derivado del verbo 'legĕre', que significaba originalmente 'reunir', 'recoger' o 'escoger'. Luego adquirió el sentido de interpretar signos escritos.

Letra

Del latín 'littera', que designaba una 'letra del alfabeto' o 'signo gráfico'. Relacionada con 'lin-' (línea) o 'legĕre'. En plural, 'litterae' significaba también 'literatura' o 'escritura'.

Línea

Del latín 'linea', diminutivo de 'linum' (lino), por el hilo usado para trazar rectas. Significaba 'marca recta' o 'trazo continuo'.

Palabra

Del latín 'parabola', y este del griego 'παραβολή' (parabolē), que significaba 'comparación' o 'discurso'. Evolucionó a 'palabra' en español por cambios fonéticos.

Página

Del latín 'pagina', derivada de 'pangere' (clavar, fijar). También significaba 'hilera' o 'fila', como en hileras de viñas. Página como 'hoja escrita'.

Escritura

Del latín 'scriptura', derivada de 'scribĕre' (escribir), relacionado con la raíz indoeuropea 'skribh-' (cortar, grabar).

Texto

Del latín 'textus', que significa 'tejido' o 'entrelazado'. Proviene del verbo 'texĕre' (tejer). Aplicado al lenguaje, un 'tejido de palabras'.

Renglón

Del latín medieval 'regula' (regla) y su diminutivo 'regulōnem', relacionado con 'regĕre' (guiar, conducir). El renglón guía la escritura.

Libro

Del latín 'liber', originalmente la capa interna de la corteza de los árboles donde se escribía. Luego pasó a significar 'documento' o 'texto escrito'.

Relación entre los conceptos etimológicos

La evolución de estos términos refleja el tránsito de la oralidad a la cultura escrita, mostrando cómo el acto de escribir es una forma de ordenar el pensamiento y fijarlo en el espacio.1. El libro (liber), como soporte material originario (corteza de árbol), representa el objeto primario de la escritura.
2. Sobre ese libro se trazaban líneas (linea) con ayuda de reglas, dando origen al renglón, la unidad mínima de organización del texto.
3. Cada renglón está compuesto por una sucesión de letras (litterae), signos visuales codificados.
4. Las letras, reunidas con sentido, forman palabras (parabola), que inicialmente significaban comparación o discurso.
5. La página (pagina) representa la unidad física donde se organizan líneas y palabras.
6. La escritura (scriptura) es el acto de grabar estos signos sobre una superficie.
7. El conjunto coherente de palabras y signos constituye un texto (textus), es decir, un tejido verbal.
8. Finalmente, la lectura (lectura, de legere) es el proceso de recoger o interpretar sentidos en ese tejido textual.

Resumen visual del orden conceptual

LIBRO (liber) → PÁGINA (pagina) → RENGLÓN (regula) → LÍNEA (linea)
↓ ↓
LETRA (littera) ESCRITURA (scribere)
↓ ↓
PALABRA (parabola) TEXTO (textus)

LECTURA (legere)

El origen de la palabra escrita y del alfabeto

La necesidad de escribir

La escritura es uno de los mayores logros de la civilización humana. Nació como una necesidad práctica: contabilizar bienes, organizar gobiernos, dejar testimonio. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en una herramienta para preservar la memoria, transmitir conocimientos, articular pensamientos complejos y, finalmente, expresar lo inefable: la belleza, la fe, la tragedia y el amor.

De los signos a las letras: el origen del alfabeto

Las primeras formas de escritura no eran alfabéticas, sino ideográficas o logográficas: cada signo representaba una idea o palabra entera. Las civilizaciones sumeria (con la escritura cuneiforme, hacia el 3300 a.C.) y egipcia (con los jeroglíficos) desarrollaron estos sistemas complejos.

El gran paso hacia la simplificación lo dieron los fenicios alrededor del siglo XIII a.C., con la invención del primer alfabeto fonético, es decir, un sistema en el que cada signo representa un sonido y no una palabra o idea. Este alfabeto constaba de 22 signos y solo representaba consonantes.

Este alfabeto fenicio fue adoptado y adaptado por los griegos en el siglo IX a.C., quienes introdujeron vocales, creando así el primer alfabeto completo en sentido moderno. De ahí derivaron los alfabetos latino, cirílico y otros, con los que se escribe una gran parte de las lenguas del mundo hoy.

El mito de Cadmo y Harmonía: la palabra como don y como ruptura

El historiador griego Heródoto, en su Historias (Libro V, 58), relata que el alfabeto griego fue introducido en Grecia por Cadmo, príncipe fenicio y legendario fundador de Tebas. Cadmo habría traído consigo las "letras fenicias", enseñándolas a los helenos.

En la mitología griega, Cadmo también es el esposo de Harmonía, hija de Ares y Afrodita. Su unión representa simbólicamente el encuentro entre la guerra y el amor, pero también entre lo bárbaro y lo civilizado, entre el caos y el orden.

La analogía entre la invención del alfabeto y el mito de Cadmo y Harmonía es poderosa:

- Cadmo introduce el alfabeto a los griegos: una herramienta que ordena el pensamiento, da forma a la palabra y estructura el relato.
- Harmonía, su esposa, representa la unidad, la belleza y la concordia que la escritura puede generar: una armonía entre sonidos, entre generaciones, entre culturas.
- Sin embargo, en el mito, su historia también está teñida de tragedia: lo que da origen a la civilización, también inaugura el conflicto, la interpretación, la multiplicidad de sentidos.

El alfabeto, así, puede verse como un regalo ambiguo: potente, transformador, necesario, pero también peligroso, porque con él nace la política, la ley... pero también la herejía, la mentira, el poder manipulado por la palabra.

El texto más antiguo conocido

El texto más antiguo del que se tiene conocimiento es el "Enuma Elish", la épica de la creación babilónica, escrita en tablillas de arcilla en escritura cuneiforme hacia el siglo XVIII a.C. (aunque se conservan versiones más recientes). Sin embargo, algunos textos contables sumerios escritos en tablillas de Uruk se remontan a c. 3300–3200 a.C., considerados los primeros registros escritos humanos.

Otro candidato fundamental es el llamado "Kish tablet", una tablilla administrativa proto-cuneiforme hallada en Kish (Mesopotamia), datada alrededor del 3200 a.C.

Conclusión

La palabra escrita es un tejido de signos, sonidos, memorias y mitos. Su invención transformó radicalmente el curso de la humanidad. El alfabeto, nacido del cruce de culturas —como lo narra Heródoto con el mito de Cadmo—, no es sólo una herramienta técnica, sino una metáfora profunda del paso de la oralidad a la civilización, del caos al logos, del grito a la palabra escrita.

Como dijo Italo Calvino:
"La escritura no ha terminado de ser inventada."